Era un día no tan común, en la madrugada del 27 de febrero de este año, todo cambió. Luego de una gran noche del Festival de Viña del Mar y una excelente presentación del cantante Ricardo Arjona, decidí que ya era hora de dormir, y estoy segura que más personas optaron por lo mismo. Algo desconocido para muchos sucedió, era el temido terremoto que por mucho tiempo estábamos esperando. Fue algo mecánico, ya que corrí a la puerta más cercana junto a mi mama. Ambas nos abrazamos y decidimos que lo mejor era quedarnos bajo el marco de la puerta. Siempre se ha dicho que es el mejor lugar, y es una enseñanza que se trae desde la niñez.
En el momento que llegaron las transmisiones nos pudimos dar cuenta tal magnitud del fatídico terremoto, era un terremoto de 8,8 grados Richter el cual había azotado la zona centro sur del país, la que posteriormente trajo consigo el temido tsunami en las costas del sur de nuestro país. Ciudades como Concepción, Dichato, Constitución, entre otras fueron totalmente devastadas por este acto de la naturaleza. Mucha destrucción trajo consigo este fenómeno natural. La presidenta de ese entonces Michelle Bachelet de dirigió a la ONEMI para informarse acerca de lo ocurrido, estábamos todos pendientes de sus actos. Muchas personas pensaban acerca del calvario que le iba a tocar al presidente electo de ese entonces Sebastián Piñera, ya que no iba a ser nada de fácil reconstruir el país. Sin embargo la presidenta, encaminó muy bien al país, tratando de lidiar con todas las necesidades de las personas afectadas.
Pero ya era el momento del nuevo presidente Sebastián Piñera y al mismo tiempo comenzó la reconstrucción universitarios de todo el país, se unieron para reunir la mayor cantidad de alimentos y vestuario posible. Los canales, agrupación no se quedaron atrás, todas las personas del país se pusieron la mano en el corazón y optaron por ayudar al prójimo. La construcción de casas de emergencia resultaron muy bien, aun que no tan bien como hubiese querido la gente damnificada por el terremoto y posterior tsunami, ya que todavía hay familias completas que no han recibido esta gran ayuda.
Pasó tiempo y se comenzaron a ver los primero pasos del gobierno, reconstruyeron escuelas que habían sido totalmente destruidas en la zona cero y en los lugares afectados, es aquí donde un niño de Dichato, logró llegar al corazón de todos los chilenos, “Zafrada” un niño que lo único que pedía era su escuelita para poder reunirse con sus amigos y empezar su año escolar con toda normalidad. Este logro fue comandado por el Ministro de Educación Joaquín Lavín. Esto costó mucho, pero sin duda a pesar de todas las críticas hacia el nuevo gobierno, se logró que todos los alumnos ingresaran a clases. Se puede apreciar en estos momentos que nuestro país poco a poco se está levantando, pero no podemos bajar los brazos, ya que hay mucha gente que necesita de la ayuda de todos los chilenos y extranjeros.
